La Fenomenología no es más que una corriente filosófica que pretende establecer un método con el cual llegar al conocimiento. En síntesis, lo que propone este método es estudiar las cosas a través de su esencia, sin fijarnos en los elementos cambiantes que forman parte de ellas. Además, resalta la importancia de la intencionalidad como requisito indispensable para la adquisición de conocimiento (Fermoso, 1988). Para ello, la Fenomenología propone tres fases:
- Primera fase: consiste en poner entre paréntesis las características mutables de los objetos, aquellas que no intervienen en su esencia. Se trata de dejar a un lado las creencias y los prejuicios, y ver el conocimiento como una materia objetiva, centrándonos en la esencia de las cosas.
- Segunda fase: consiste en describir la esencia. Esta descripción debe ser completa e imparcial, debe abarcar todos los aspectos de la esencia, todos los conceptos que hacen que la esencia sea así, las características permanentes de la esencia.
- Tercera fase: consiste en la comprensión de la esencia. Una vez descrita, debe ser comprendida, para así transformarse en conocimiento. Aquí entra en escena la Hermenéutica, que podría definirse como “el arte y la ciencia de la interpretación” (Monzón Laurencio, Luis Antonio. “Hermenéutica Filosófica y Educación”) . La Hermenéutica busca la comprensión de algo que a simple vista parece incomprensible. Como vemos, en esta fase la Fenomenología requiere de la ayuda de la Hermenéutica, para así poder interpretar la descripción de la esencia y hacerla comprensible (Fermoso, 1988).
Finalmente, se habla sobre la Antropología pedagógica. La Antropología es la ciencia que estudia al ser humano de manera integral; por tanto, la Antropología pedagógica será la ciencia que estudia todo lo relacionado con la educación del ser humano, es decir, el enfoque educativo de esta ciencia. Destaca aquí la importancia del cuerpo y de los sentidos como medio para la adquisición de conocimiento, pues es el que permite percibir, para después pensar sobre lo percibido y expresarse. Los sentidos y el cuerpo nos permiten ubicarnos en el tiempo y en el espacio, comprender la realidad, socializarnos, comunicarnos y darnos cuenta de nuestras limitaciones y de nuestra capacidad para desarrollarnos en diversos contextos e influir en ellos.
Así, concluimos con la importancia de la parte física del ser humano para la adquisición del conocimiento y con la necesidad de impulsar esta capacidad durante el proceso educativo para así desarrollar al máximo las potencialidades del ser humano.
Referencias bibliográfícas:
Fermoso, Paciano (1988). “El modelo fenomenológico de la investigación en la pedagogía
social”. Revista Educar, Vol. 14-15, pp. 122-133.
Monzón Laurencio, Luis Antonio (nf). “Hermenéutica Filosófica y Educación”. Recuperado de http://www.academia.edu/545666/Hermeneutica_Filosofica_y_Educacion el 19 de octubre de 2014.
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