Bruner concebía el aprendizaje como un proceso activo, en el
que el alumno debe solucionar los problemas que se le plantean, y para ello
relaciona la nueva información que aún no conoce con lo que ya sabe. El maestro
es simplemente un guía, el que indica al alumno la dirección que debe de tomar
su aprendizaje (aprendizaje por descubrimiento guiado). Le da gran importancia
al juego, pues mediante él los niños tienen la oportunidad de ejercitar las
formas de conducta y los sentimientos que corresponden a la cultura en que
viven.
Según su teoría, el proceso de aprendizaje se puede resumir
en cuatro etapas:
- Predisposición al aprendizaje:
- Exploración de alternativas:
- Conceptualización:
Los conceptos se agrupan en categorías. Existen dos tipos de
categorías.
- Categoría de identidad: está formada por las variaciones de un mismo concepto.
- Categoría de equivalencia: relaciona distintos conceptos. Existen tres tipos de categorías de equivalencia:
- Afectiva: los conceptos se relacionan según los sentimientos que nos producen.
- Funcional: los conceptos se relacionan según su función.
- Formal: los conceptos se relacionan según sus propiedades.
- Codificación:
- Código formal: parte de la lógica.
- Código informal: parte de la intuición.
Los códigos se agrupan en sistemas de códigos. Cuanto más genérico sea un sistema de códigos, más útil será para el que aprende, pues de él podrá deducir más respuestas. El conjunto de sistemas de códigos forman el conocimiento propio del sujeto.
En esta etapa, Bruner resaltaba la importancia de las formas
de representación de los niños en función de su desarrollo. Las formas de
representación son los modos que tenemos las personas de comprender e
interpretar la realidad, y son progresivas. Según Bruner, son las siguientes:
- Representación en acción: las cosas son definidas por las acciones que provocan.
- Representación icónica: es la representación por la imagen.
- Representación simbólica: es la representación que se realiza a través del lenguaje.
Así, el papel del maestro en esta etapa consistirá en adecuar los objetivos, contenidos, metodología, y en definitiva todo el proceso de enseñanza-aprendizaje a la forma de representación de los alumnos de su clase. Por ello, propone un diseño curricular en espiral, de tal manera que los contenidos de enseñanza-aprendizaje avancen hacia niveles cada vez más amplios y profundos, a la vez que se adaptan a las distintas formas de representación que los alumnos van adquiriendo. Por tanto, los contenidos deben de avanzar de lo simple a lo complejo, de lo concreto a lo abstracto y de lo específico a lo general.
- Salto intuitivo.
- Refuerzo.
Existen dos tipos de refuerzos: los refuerzos extrínsecos
(provienen del exterior, como un regalo o un alago) y los refuerzos intrínsecos
(provienen del interior del propio sujeto, y se basan en el placer obtenido al
conseguir una meta propuesta).
El maestro debe promover en el niño el desarrollo de las
recompensas intrínsecas a través de la motivación (curiosidad y competencia),
para que así el alumno continúe con su aprendizaje a lo largo de toda su vida;
pues una vez terminada su formación dejará prácticamente de recibir recompensas
extrínsecas.
Referencias bibliográficas:
Bruner, J. (1978). «El proceso mental en el aprendizaje».
Narcea. Madrid.
Bruner, J. (1972). «El proceso de la educación». Uteha.
Méjico.
Bruner, J. (1988). «Desarrollo cognitivo y educación».
Madrid: Morata.
Bruner, J .(1984): «Acción, pensamiento y lenguaje». Madrid:
Alianza Editorial.
Bruner, J. (1987): «La importancia de la educación».
Barcelona: Paidos.
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